¿Es posible estar bien informado en cinco minutos? Sí, con la newsletter adecuada.

“Yo soy tu algoritmo”. Así de claro lo tiene Dave Pell, el periodista impulsor de Next Draft, una de las newsletters con contenido informativo de mayor éxito en Estados Unidos.

Es más, Pell se autodefine como el “redactor jefe de internet” ya que cada día se ocupa de leer diferentes periódicos para llevar lo más relevante al buzón de correo de sus suscriptores.

No es el único que lo hace.

Estar (bien) informado en cinco minutos es posible. 

Si te gusta estar al tanto de la actualidad informativa pero crees que la falta de tiempo y la saturación te lleva justo a lo contrario, te cuento un truco sencillo para conseguirlo: deja que otros lo hagan por ti. ¿Cómo? Suscribiéndote a la newsletter adecuada y, en algunos casos, pagando por ello. En la era de la infoxicación contar con alguien que bucee entre titulares, crónicas y #últimahora para realizarte un resumen de las noticias más destacadas del momento es de agradecer. 

La importancia de la segmentación

Los boletines se han convertido en un canal clave de distribución de contenidos. Gran parte de su éxito es que permiten una relación casi personal con los suscriptores. Por eso es tan importante la personalización y seguir una serie de consejos de los que hablaremos en otro post. Que hoy he venido a contarte cómo estar bien informado en cinco minutos, por lo que no tiene sentido que para ello necesites una hora de lectura.

Yo soy tu algoritmo

Dave Pell
Arquitectura de la información

En la era de la infoxicación contar con alguien que bucee entre titulares, crónicas y #últimahora para realizarte un resumen de las noticias más destacadas del momento es de agradecer. 

Newsletters informativas

Entre las newsletters informativas se pueden diferenciar dos tipos: las propias de los medios de comunicación y las que son prescriptoras de contenido, es decir, que se ocupan de hacer un barrido por diferentes webs para seleccionar aquellas noticias que consideran que son de mayor interés. De aquí lo de ser “tu algoritmo”. En ambos casos la segmentación es una de las claves de su éxito. Vamos con algunos ejemplos.

 

Newsletter Kloshletter
Andrea Bolsico

Kloshletter

Kloshletter es un proyecto de Charo Marcos puesto en marcha en 2017 en la que se resumen las principales noticias del día combinando los temas “más densos” con curiosidades y recomendaciones de ocio.

Llega a mi correo de lunes a viernes sobre las 6:45 de la mañana y os aseguro que es una gran opción para saber cuáles son los temas más destacados del momento. 

La Wikly

La Wikly es una propuesta de los periodistas Emilio Doménech y Anita Pereyra centrada en la actualidad de Estados Unidos, especialmente en la política, la cultura de Hollywood, Silicon Valley y la geopolítica de Latinoamérica.

Utilizan un tono y estructura muy personal que contribuye a entender temas que, a priori, pueden resultar farragosos. De hecho, en sus misivas nunca faltan los títulos con “Lo importante, “Explícamelo”, ¿Y ahora? Tampoco una referencia al tiempo que necesitarás para leer su correo (con minutos y segundos).

Tiene opción gratuita, que incluye dos entregas semanales, y premium con contenido exclusivo.

The New York Times

The New York Times es una de las cabeceras que mejor han entendido las posibilidades de las newsletters haciendo una apuesta clara por ellas.

Ofrece hasta 70 boletines segmentados por áreas de interés. Sí, has leído bien. Es un ejemplo claro de cómo la segmentación y la personalización son una de las claves para crear una comunidad fiel a un boletín. 

El Mundo

Con la newsletter de El Mundo puedes recibir en tu correo diferentes boletines (gratuitos o de pago) organizados por temáticas: alertas, salud, lecturas que no te puedes perder…

En la opción premium dispone de un apartado de A Fondo con opciones como La semana deportiva, La semana económica o Lecturas XL (crónica y reportajes en profundidad). 

El País:

Con la del periódico El País la segmentación también es una de las señas de la newsletter de este periódico.

Ofrece suscripciones semanales o de lunes a viernes sobre diferentes áreas (actualidad y opinión, cultura y estilo de vida, América, Alertas…) que, a su vez, tienen su propio boletín: La carta de Pepa Bueno, Babelia, Clima y medio ambiente, Estado de Opinión, etc.).

The Skimm

The Skimm: sí, otra newsletter en inglés, pero es que esta es todo un referente para las millennials de Estados Unidos. ¿Millennials interesadas en la actualidad informativa?, ¿existen? ¡Claro que sí! Y las creadoras The Skimm vieron ya la oportunidad en 2012 creando un boletín adaptado a este target. Para ello optaron por un tono muy personal en el que cuentan las noticias como si una amiga le mandase un correo a otra. 

Next Draft

no podía faltar en esta selección de newsletters para estar bien informado en cinco minutos la de Next Draft.

El boletín de Dave Pell, que como te comentaba al principio se autodefine como el “redactor jefe de internet”, utiliza un tono irónico para ofrecer un resumen de la actualidad informativa.

Las newsletters son un gran canal para crear una comunidad online y distribuir nuestro contenido.

Ahora bien, hay que pensar que en la bandeja de entrada de los correos electrónicos se libra todos los días una particular batalla entre mails de trabajo, spam, promociones…

Cuando una persona se suscribe a nuestro boletín lo hace de forma voluntaria, te está eligiendo y, por eso, es fundamental ofrecerle calidad y personalización.

Estas dos máximas deben estar presentes tanto cuando escribimos sobre la guerra de Ucrania como de la factura de la luz o una recomendación para empezar una nueva serie.

Para terminar, te dejamos este recurso si quieres saber un poco más sobre el email marketing o nuestra página de servicios si estás pensando en crear una newsletter.


Luz Ocampo

Soy de mar, de Valdoviño, un pueblo del norte con unas playas únicas (no, no tenemos vino). Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. De joven tuve el sueño recurrente en esta profesión de querer ser corresponsal de guerra. Con el tiempo aprendí que, en el día a día, en las pequeñas cosas, en la gente común, hay todo un filón que merece la pena contar. Lo difícil es saberlo ver y, sobre todo, saberlo comunicar.

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