La irrupción de la COVID-19, hace ya un año, modificó los métodos de trabajo y de estudio de millones de personas en el mundo. A lo largo de los meses de marzo y abril de 2020, los dispositivos electrónicos dispararon sus ventas. Hecho que apuntaba a que la humanidad se preparaba para la llegada del teletrabajo y de la teledocencia.
Los colegios e institutos cerraron y la educación presencial cedió terreno a la digital, cambiando el uniforme por el pijama y las zapatillas de andar por casa; la pizarra, por una tablet, y el aula, por la habitación. No solo las enseñanzas inferiores se vieron afectadas, las universidades, los centros de Formación Profesional y los de los másteres también vieron cómo sus instalaciones se vaciaban a partir del 13 de marzo de 2020.
La educación, poco digitalizada y excesivamente analógica, se tuvo que adaptar de la noche a la mañana para poder garantizar a los alumnos una enseñanza de calidad a domicilio. Cada mañana, profesores y alumnos se veían las caras a través de la pantalla.
Llegaron las tutorías online…
Las tutorías online aterrizaban y plataformas como Zoom, Google Meet o Skype fueron el salvavidas que evitó que el curso 2019/2020 se ahogara del todo. Los docentes y los estudiantes tuvieron que ponerse al día con las nuevas tecnologías y habilitar todo tipo de canales para poder mantener viva la comunicación. El seguimiento del rendimiento escolar se hizo a través de tutorías online en las que el feedback era importante, los alumnos expresaban sus complicaciones con la materia y el profesor explicaba con detalle, a veces para una persona sola y otras para grupos reducidos de cinco o diez.
Claves para que una tutoría online tenga éxito
Con las nuevas restricciones, la teledocencia continúa en este curso 2020/2021 -hasta que la pandemia se dé por finalizada-.
Para que una tutoría online tenga éxito y ambas partes interactúen, esta debe ser atractiva, principalmente para el estudiante, e incorporar las siguientes claves:
1. El profesor debe abandonar la rectitud con la que se imparten las clases en el aula. Debe hablar de forma coloquial y cercana.
2. Establecer objetivos diarios (en forma de tareas, controles…) al alumno para hacer un seguimiento exacto de su trabajo.
3. Hacer conexiones individuales o con un grupo máximo de cinco alumnos para ofrecer la oportunidad de que todos expongan sus opiniones e ideas.
4. Establecer pautas al hablar para no atropellarse en las intervenciones y que se puedan escuchar a todos los integrantes por igual.
5. Contar con los recursos suficientes para saber adaptarse ante las adversidades que puedan surgir.
6. Activar la cámara para dar mayor sensación de cercanía a los alumnos y que se asemeje más a una tutoría o clase presencial.
7. Realizar la tutoría al menos una vez a la semana para que sientan cerca al docente y se vean más motivados a cumplir con los objetivos fijados.
Plataformas y herramientas
En las clases de lengua se enseña que, junto con el emisor, receptor, código y mensaje, el canal es uno de los elementos de la comunicación más importantes. Escoger bien el medio a través del cual el docente se pone en contacto con el alumno es esencial para que a este último le llegue la información de forma correcta.
Existen múltiples plataformas para compartir archivos y enviar mensajes, pero la más extendida en el ámbito de la educación a nivel mundial es Moodle. ¿Qué es y para qué sirve? Es un software libre y gratuito que se usa para crear y gestionar las tareas que se ponen a los estudiantes. También permite que estos se pongan en contacto con el profesor a través de mensajería interna y entregar las tareas simplemente arrastrando el archivo a la carpeta correspondiente. El docente puede hacer las correcciones oportunas lo que da la sensación de estar en el aula.
¿Cómo hacer videollamadas sin ceder datos personales al profesor? En este ámbito las opciones son múltiples y todas buenas. Las herramientas más utilizadas son Zoom y Google Meet. El profesor crea una reunión, en cualquiera de las dos plataformas, y envía el enlace de esta a los alumnos que él quiera -pueden entrar hasta 100- a través del correo electrónico corporativo del colegio o universidad o mediante un mensaje en Moodle. Ambas son útiles porque permiten compartir la pantalla del ordenador con el resto de usuarios y no necesitan de datos personales como el número de teléfono para establecer la conexión profesor-alumno.
El papel del tutor en línea
Los docentes tuvieron que reaprender a desempeñar su trabajo con la pandemia. A través de las nuevas tecnologías, estos tuvieron que adaptarse a los nuevos tiempos y convertirse en la guía y la motivación que los alumnos necesitaban.
Para ser un buen tutor a distancia o tutor elearning hay que desempeñar las siguientes funciones:
- Conocer bien el espacio digital y saber adaptarse. Adiós a la seriedad del aula tradicional.
- Ser un gran motivador. Facilitar la comunicación con los alumnos y escucharlos, no solo con los problemas académicos sino también con los personales.
- Crear comunidades respetuosas. Hacer que todos respeten el turno de palabra, inculcar que todas las aportaciones son importantes, fomentar la tolerancia y los trabajos en equipo a pesar de la distancia.
- Aportar experiencias. El profesor tiene que ser un ente proactivo que dinamiza el grupo, que aporta experiencias propias presentes o pasadas, que muestra nuevos formatos o plataformas en las que los alumnos puedan aprender y que siempre esté actualizado en la materia que imparte.
“Renovarse o morir” es el leitmotiv de los tutores elearning durante este año. Servir de guía para sus alumnos y estar al día de todas las novedades tecnológicas son los retos a los que tendrán que seguir haciendo frente los docentes desde la distancia.
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